Lejos de las superproducciones estadounidenses a las que están acostumbrados ("Chicos malos de toda la vida", "Ms Marvel", "Batgirl"), los cineastas belgas Adil El Arbi y Bilall Fallah vuelven a la fuente de su cine con esta película tan espectacular como íntima, sobre la entrada de un joven en el Estado Islámico.