Cuando oiga hablar de los plantamouves, es posible que se esté imaginando una planta grande y colorida que se puede admirar libremente. Si es así, ¡casi lo ha conseguido! La diferencia es que la instalación de los plantamouves es aún más divertida: aunque estemos en un museo, usted, sus hijos/sobrinos/nietos son libres de revolcarse, trepar y saltar sobre estos charcos multicolores.