A unos 130 metros sobre el nivel del mar, esta plaza forma parte del barrio más alto de la capital, cerca del Sacré-Coeur de Montmartre.
Siempre ha atraído a muchos turistas, entre otras cosas por su ambiente pintoresco, heredado de la rica actividad artística que se desarrollaba aquí en el siglo XIX, con sus terrazas de cafés, caricaturistas, pintores naif y "tiradores de retratos".