El 19 de agosto de 1862, el Théâtre impérial du Châtelet inauguró, en presencia de la emperatriz Eugenia, Rothomago, un cuento de hadas de los Sres. d'Ennery, Clairville y Monnier. Con sus 2.500 localidades y un escenario de 24 x 35 metros, era el teatro más grande de París en aquella época. Hoy en día sigue siendo un símbolo de la escena francesa.