Inaugurado en los años 80, a pesar de su antigüedad sigue siendo una de las direcciones más seguras del barrio.
Dispone de terraza y dos salones con una decoración original en la que destacan retratos de actores, cuadros y objetos coloniales. El ambiente varía: durante el día es íntimo y relajante, mientras que por la noche su corazón late al ritmo de las noches parisinas.