Nacido de una pasión compartida por las palabras y las letras, el Théatre des déchargeurs, fundado por Vicky Messica, esbozó su primera sonrisa en 1982.
Veintiséis años después, sigue exhalando una sensación de bienestar, transmitida por la fragancia de las poesías, canciones, tragedias y demás creaciones de los talentosos artistas que allí actúan.
Un lugar que no hay que perderse.