El jefe pastelero de Cheval Blanc Paris, Maxime Frédéric, nos sumerge en la magia de los recuerdos de antaño con esta deliciosa creación: un caballito balancín, como salido de un cuento gastronómico. Juguete intemporal que despierta sueños y cabalgatas imaginarias, el pastelero lo ha imaginado como un viaje a través de sabores de chocolate y avellana que reavivan las papilas gustativas y los sabores de la infancia.