A medida que aumenta el número de habitantes de Île-de-France que utilizan la bicicleta para desplazarse, la región se da a la tarea de dotarse de una red regional de carriles bici para hacer más seguros estos trayectos. Una iniciativa nacida en 2019 de un grupo de ciclistas, y denominada Réseau Vélo Île-de-France (VIF), que ofrece 750 km de vías ininterrumpidas, para llegar a la capital en bicicleta, o para recorrer los departamentos.
Inicialmente llamada RER-V, esta red adaptará las rutas de transporte público a una versión ciclista, con 11 líneas previstas entre 2025 y 2030. El colectivo espera que los habitantes de Île-de-France puedan beneficiarse de vías seguras y continuas, para paliar el peligro actual de ser ciclista en la región y especialmente en la capital. En total, la región debería disponer de 500 millones de euros para lo que parece la mayor red exprés para bicicletas del mundo.
Al igual que el metro, los tranvías y el RER, estas vías tienen su propio color, para que sean fácilmente identificables y, sobre todo, para que los ciclistas puedan encontrarlas y seguirlas sin demasiado esfuerzo.