Cada verano, la Prefectura de Policía de París pone en marcha un"Plan Turismo", para garantizar la seguridad de los millones de visitantes suplementarios que recibe la capital. Varias zonas especialmente turísticas se consideran de riesgo y requieren agentes de policía adicionales. Ocho barrios, entre ellos Montmartre, la Torre Eiffel, laÓpera, los muelles del Sena y el Barrio Latino, son los más vigilados por estas patrullas, acompañadas por policías europeos.
En estas zonas, turistas y extranjeros son el blanco de los carteristas, y las estadísticas han aumentado en los últimos años. Sin embargo, el número de delitos es menor que antes de la epidemia de Covid-19. Aunque desde este año los turistas han vuelto por fin en masa a la capital, japoneses, chinos y estadounidenses siguen desaparecidos en París. Las patrullas enviadas a Montmartre en particular controlan que no les pase nada a los visitantes, pero se aconseja ser prudente al pasear y llevar pocos objetos personales.
Además, la BAC también puede intervenir de paisano para luchar contra los carteristas, los robos de teléfonos o carteras, pero también contra las estafas que proliferan por doquier. La Prefectura de Policía invita también a no firmar peticiones, en las que los estafadores suelen pedir dinero.
