Tras tres años de ausencia (su musical Tralala se estrenó en 2021), Arnaud y Jean-Marie Larrieu regresan a la gran pantalla con una nueva película, Le Roman de Jim, en los cines el 14 de agosto de 2024. Se trata de una adaptación de la novela homónima de Pierric Bailly, publicada por P.O.L en 2021.
La historia abarca casi 25 años, desde principios de la década de 2000 hasta la actualidad. En los pastos de la Francia periférica, en Saint-Claude, subprefectura del Jura, Aymeric(Karim Leklou), un joven sin pretensiones, conoce a Florence, embarazada hasta los ojos. Con gran ternura, los Larrieus captan la voluptuosidad de este encuentro entre jóvenes alternativos y la audacia particular, quizá excesiva, del personaje de Laetitia Dosch.
Aymeric se casó pronto y, naturalmente, se convirtió en padrastro de Jim, el hijo recién nacido de Florence. ¿Y vivieron felices para siempre? Desgraciadamente no, ya que el padre biológico del niño, Christophe(Bertrand Belin), rompe el equilibrio familiar tras una tragedia personal. A partir de entonces, esta familia tambaleante intentará funcionar a la misma velocidad, con mucha "paternidad compartida".
Aunque la balada de Jim -se puede oír en la radio, por supuesto, cantada por Souchon- toca el delicado tema de la paternidad, la película nos dejó extrañamente impasibles ante esta multitud sentimental en torno al niño, como si todo sonara un poco falso. Aunque algunos están emparentados por la sangre, otros por el amor, los personajes se tutean de forma poco natural y todos hablan en tono monótono, sin mucha alegría ni tristeza.
El resultado es una sensación muy extraña, porque aunque la película no escatima en sentimientos, éstos se expresan aquí de un modo demasiado distante para llegar al corazón. Afortunadamente, el último cuarto de la película, que marca el regreso de Jim, ya adulto, a la vida de Aymeric, consigue ser conmovedor.