El arte de vivir parisino consiste en aprovechar al máximo los placeres de la capital. Es bien sabido que París es una ciudad de fiesta. Y entre los lugares de culto que conforman el alma de la Ciudad de la Luz, teatros y salas de conciertos forman parte de este precioso patrimonio que ha dejado su huella en la historia de la capital. La Alhambra, por ejemplo, es uno de esos lugares emblemáticos que unen el París de ayer con el de hoy.
No se deje engañar por su arquitectura contemporánea, porque aunque el actual teatro Al hambra se inauguró en 2008, su historia se remonta a mucho tiempo atrás. Situado en el distrito 10 de París, cerca del Canal Saint-Martin y de la plaza de la República, el teatro actual se encuentra a un centenar de metros del emplazamiento histórico del teatro original, que data de 1856. En aquella época, era una de las salas de música de culto de la capital, que mantuvo vivo París hasta 1956.
El productor Jean-Claude Auclair transformó el antiguo local de laAssociation fraternelle des cheminots français en el nuevo Alhambra, reviviendo el espíritu de este local legendario. La nueva Alhambra tiene capacidad para 800 espectadores y en ella se suceden conciertos, espectáculos cómicos y otros actos culturales.