Corps In-visibles: la exposición en torno al monumento a Honoré de Balzac en el Museo Rodin

¿Representar fielmente un cuerpo en escultura o adaptarlo a las impresiones y visiones de la sociedad? Esta es la pregunta a la que intenta responder el Museo Rodin en una exposición que podrá visitarse del 15 de octubre de 2024 al 2 de marzo de 2025. No se pierda Corps In-visibles, una original investigación sobre el cuerpo y la indumentaria.

Cuando la representación escultórica del cuerpo de Balzac causó polémica... El Museo Rodin presenta una fascinante exposición sobre el cuerpo y las formas en que puede ocultarse, evocarse y mostrarse en el arte. En colaboración con el Palais Galliera y con el apoyo delInstitut de France, el museo nos invita a profundizar en este fascinante tema con la exposición Corps In-visibles, que podrá visitarse del 15 de octubre de 2024 al 2 de marzo de 2025.

Así que esta exposición comienza con una bata. Pero no una bata cualquiera. La que esculpió Auguste Rodin para su obra que representaba al escritor Honoré de Balzac. Esta pieza poco conocida nos invita a reflexionar sobre la representación del cuerpo, sobre las partes que deseamos ocultar o resaltar, y sobre los ideales de belleza de cada época. Desnudo o vestido, realista o modificado, el cuerpo está influido por la mirada del artista y los códigos de la sociedad.

Para esta exposición, el museo Rodin ha reunido una serie de esculturas, así como ropa y obras de moda del siglo XIX, y piezas de archivo inéditas. La escultura y la indumentaria entablan un diálogo fascinante sobre el cuerpo y lo que se puede mostrar de él.

Por ello, una parte de la exposición se centra en la obra de Rodin y en su profundo estudio para representar a Balzac lo más fielmente posible. El escritor tenía una estatura fuerte, que no correspondía a los cánones idealizados de la sociedad de la época: no se podía retratar a un artista así, bajo y orondo... No importaba que lo fuera. Así que el escultor recurrió a la bata, un tejido que podía adornarse con mil pliegues y drapeados para ocultar la forma humana proscrita. El proceso creativo del artista nos incita a cuestionar estos imperativos irreales, que valoraban la forma por encima de las cualidades de los sujetos. Estas ideas siguen resonando hoy en día.

Las piezas de moda expuestas ilustran aún más estas reflexiones: según el diseñador, la prenda y la persona que la lleva, se pueden ocultar o resaltar distintas partes del cuerpo. Pero siempre hay cuerpos invisibles y marginados, porque se consideran poco atractivos según los criterios arbitrarios de la sociedad.

Una escultura contemporánea de Thomas J. Price lleva el debate hasta nuestros días: su obra representa a una mujer negra vestida con un traje de jogging. Una mujer anónima, pero a la vista de todos, que contrasta con el Balzac de Rodin, que tuvo que ser modificado para complacer a todo el mundo. Dos siglos de diferencia entre estas dos obras, dos siglos de evolución del arte, del cuerpo y de la belleza.