"Bajo el puente Mirabeau fluye el Sena. Y debo recordar nuestros amores. La alegría siempre venía después de la tristeza", escribió Guillaume Apollinaire, en su famoso poema sobriamente titulado Le Pont Mirabeau.
Fue el Presidente de la República de la época, Sadi Carnot, quien tomó la decisión de construir el puente Mirabeau en 1893. Los ingenieros Jean Résal, Paul Rabel y Amédée Alby fueron los encargados de diseñar este nuevo puente parisino.
Crearon una bella estructura de 173 metros de largo y totalmente metálica. La elección de este material puede parecer atrevida para la época, pero todo tenía una razón de ser. La idea era construir un puente con pilares muy cerca de ambas orillas, para facilitar el tráfico fluvial. Como era imposible construir una estructura semejante en piedra, los arquitectos optaron por el metal.
El puente Mirabeau es el primer puente metálico que presenta dos armazones simétricos que se arquean el uno en el otro, dando equilibrio a la estructura. Una maravilla arquitectónica. Más tarde, Résal y Alby utilizarían sus conocimientos para construir el Puente Alejandro III.
El Puente Mirabeau, declarado monumento histórico en 1975, está bellamente adornado al pie de cada uno de los pilares con cuatro esculturas alegóricas a horcajadas sobre barcos, creadas por Jean-Antoine Injalbert y que representan el Comercio, la Navegación, la Abundancia y la Ciudad de París.
Una visita obligada en un buen día de verano, para disfrutar de la hermosa vista panorámica desde el puente.