Si acostumbra a pasear por el bosque o a pasar tiempo en su jardín, probablemente ya las haya visto. Se trata de la procesionaria, un insecto diminuto que se desplaza en fila india. Desde 2010, la procesionaria del roble y del pino está ganando terreno en Francia, sobre todo en París y en toda la región de Île-de-France, donde su número no deja de aumentar. Según el ARS Île-de-France, se han observado colonias de procesionaria del pino y del roble en la región desde principios de los años 2000. " Presentes en el 1% de la región de Île-de-France a principios de la década de 2000, ahora se han establecido en algo más del 80% de la región.
El único problema es que estas pequeñas orugas, también conocidas como orugas picadoras, son especialmente peligrosas para el hombre y los animales, ya que pueden provocar graves reacciones inflamatorias por picadura. Un decreto ha clasificado a las orugas procesionarias como especie nociva para la salud humana.
Estas pequeñas criaturas, aunque discretas, constituyen un peligro considerable para los habitantes de Île-de-France y nuestros amigos de cuatro patas. ¿Qué las hace especiales? Sus pelos urticantes contienen taumetopoeína, una proteína capaz de provocar intensas reacciones inflamatorias.
La presencia de estas orugas en la capital está bien establecida, sobre todo en el Bosque de Boulogne y el Bosque de Vincennes y en varios distritos clave. Su periodo de actividad, desde finales del invierno hasta principios de la primavera, es una ventana crítica durante la cual hay que estar especialmente atento. Cuando abandonan su hábitat arbóreo para excavar, las orugas pueden entrar fácilmente en contacto con personas y animales, de forma intencionada o no.
¿Qué es la procesionaria?
Hay dos tipos de procesionaria, empezando por la procesionaria del roble(Thaumetopoea processionea), que puede ser peligrosa de abril a julio. Se encuentra sobre todo en el noreste de Francia.
Por último, la procesionaria del pino (Thaumetopoeapityocampa), que conviene vigilar entre enero y mayo. Se encuentra principalmente en las ¾ partes del sur de Francia, y su frente migratorio se desplaza unos kilómetros cada año.
Estas dos especies de orugas procesionarias viven en grupos, en nidos pegados a los árboles. Una vez que han eclosionado, se desplazan y forman procesiones. Su proliferación puede provocar el "debilitamiento de los árboles ", según Anses, la Agencia Nacional Francesa de Seguridad Alimentaria, Medioambiental y Profesional. ¿Qué las hace especiales? Sus pelos urticantes, que pueden ser especialmente peligrosos.
Orugas procesionarias: ¿cuáles son los riesgos para la salud?
Debido a sus pelos urticantes, las orugas procesionarias pueden provocar al tacto reacciones inflamatorias intensas y a veces graves. Pero estos pelos urticantes también pueden "desprenderse muy fácilmente con el viento o por contacto ", explica el ARS Île-de-France. Así pues, estos pelos pueden ser transportados a grandes distancias y "se adhieren fácilmente a los tejidos (piel y mucosas), provocando una urticación (sensación de picor que acompaña a la urticaria) por la liberación de histamina (sustancia que también se libera en las reacciones alérgicas) ".
El contacto directo con estas orugas procesionarias no es, pues, el único factor de estas reacciones inflamatorias. " Estas propiedades urticantes persisten incluso después de la desaparición de la oruga ", añade el ARS Île-de-France.
La agencia regional de salud también especifica los diferentes tipos de síntomas que se desarrollan en caso de contacto con estos insectos, como picor en la piel, pero también conjuntivitis (ojos rojos, dolorosos y llorosos). En caso de contacto por inhalación, pueden producirse estornudos, dolor de garganta, dificultad para tragar y, posiblemente, dificultades respiratorias. En caso de reacción alérgica, consulte a un médico lo antes posible.
Según un estudio realizado por la Anses entre enero de 2012 y julio de 2019, los centros toxicológicos registraron 1.022 casos de exposición a orugas procesionarias.
También hay que tener en cuenta que estos insectos también pueden ser muy peligrosos para los animales, como perros y gatos. Si los ingieren, pueden causarles necrosis de la lengua e incluso la muerte.
Orugas procesionarias: ¿cómo protegerse?
En su página web,la Anses desvela una serie de medidas a tomar y ofrece algunos consejos para evitar reacciones inflamatorias por picadura.
En primer lugar, evite las zonas infestadas durante la temporada de riesgo, lleve ropa que le cubra cuando camine por estas zonas y, por supuesto, nunca intente tocar o mover estos insectos. Le recomendamos que se mantenga alejado de las orugas y sus nidos, especialmente los niños. También debe evitar caminar bajo árboles con nidos. Tenga en cuenta que no es necesario estar en contacto con una oruga para sufrir síntomas: sus cerdas urticantes, que se desprenden tras un contacto mecánico o cuando la oruga se siente atacada, son transportadas muy fácilmente por el viento.
También debeevitar frotarse los ojos durante o después de un paseo. Si tiene un huerto, asegúrese de lavar bien la fruta y la verdura. Por último, evite secar la ropa junto a árboles infestados.
Conscientes de la magnitud del problema, los servicios municipales han introducido estrategias de intervención específicas. La retirada de nidos y la instalación de trampas especiales son algunas de las medidas adoptadas para limitar la proliferación de orugas. El fomento de las poblaciones de herrerillos, depredadores naturales de estos insectos, es otro método ecológico eficaz.
En caso de exposición accidental, los reflejos a adoptar son claros: lavarse a fondo y cambiarse de ropa para eliminar los pelos residuales. Los síntomas de irritación cutánea u ocular requieren atención médica inmediata. Y en caso de reacciones más graves, llamar inmediatamente a los números de emergencia. En caso de signos de urgencia vital (dificultad respiratoria, reacción alérgica grave, etc.): llame al 15 o al 112.
En resumen, para reducir el riesgo de intoxicación por oruga procesionaria, siga estas recomendaciones:
Sitio web oficial
www.iledefrance.ars.sante.fr