En las últimas semanas, la capital se ha visto atenazada por una auténtica psicosis: el miedo a ser portador de chinches y llevárselas a casa. Afortunadamente, estos diminutos seres no son portadores de ninguna enfermedad, pero invaden los hogares y pueden ser muy difíciles de eliminar, causando daños materiales y, sobre todo, psicológicos. Después de descubrirlos en los cines de París, algunos internautas han informado de haberlos visto en los TGV, en los trenes RER B y C, en el metro 8 e incluso en algunos autobuses. Casi se ha llegado al punto de que los parisinos ya no quieren sentarse en los transportes públicos.
A la espera de un plan a gran escala, el Ayuntamiento de París ha anunciado que reembolsará los gastos de desinfección de los hogares más modestos. Deshacerse de ellas uno mismo es muy difícil, y no todo el mundo puede permitirse pagar a un profesional. Clément Beaune, ministro francés de Transportes, ha anunciado que convocará esta semana una reunión con"los operadores de transporte para informarles de las medidas adoptadas y tomar nuevas medidas al servicio de los pasajeros" . Pero no se deje engañar, porque no todos los insectos captados por las cámaras son chinches.
Las chinches han evolucionado para ser resistentes a muchos productos químicos. Por eso, los que se venden en los supermercados tendrán muy poco efecto, y los que utilizan los profesionales son peligrosos pero muy eficaces, por lo que son los únicos cualificados para tratarlos. Para evitar que vuelvan las chinches, evite los libros y los muebles de segunda mano, y procure no poner la maleta sobre la cama, al tiempo que lava la ropa a una temperatura mínima de 60 grados.
Como recordatorio, las chinches no están relacionadas con la falta de higiene, ya que se alimentan de sangre y no de desechos, por lo que cualquiera puede verse afectado. Aunque las chinches no transmiten ninguna enfermedad, pueden desencadenar depresión o trastorno de estrés postraumático, así como auténticos trastornos del sueño. Para deshacerse de las chinches, no tire los muebles: tendrá que comprar otros nuevos antes de que acabe la infestación. Recurrir a un profesional certificado le ahorrará esfuerzo y dinero.
Afortunadamente, las chinches son menos activas en invierno, por lo que pronto deberíamos ver el final de este problema, si finalmente bajan las temperaturas, ya que el cambio climático no ayuda a erradicarlas. Aunque no existe una solución milagrosa para evitarlas, los aceites esenciales de lavanda, árbol del té y citronela las repelerán hasta cierto punto. Cuidado con la tierra de diatomeas, que puede causar problemas de salud tanto a humanos como a animales.