En 2022, la primera ola de calor del año se produjo en mayo y fue seguida de otros numerosos episodios, que batieron récords de calor en el país. Este año, el clima es más fresco, con temperaturas en descenso, pero no se espera que esto dure mucho, debido al regreso del fenómeno de El Niño, que se produce cada dos a siete años. En los últimos años, nos hemos beneficiado de La Niña, su opuesto, que enfría las aguas superficiales y, por tanto, permite temperaturas más bajas en tierra. Es difícil imaginar las olas de calor del año pasado sin la ayuda de este fenómeno...
Los meteorólogos temen nuevos récords de calor, como en 2016, el año más caluroso jamás registrado en la Tierra. Y es probable que todo el clima mundial se vea afectado, sin perdonar a Francia y a toda Europa. Además de la intensificación de las olas de calor, también aumenta el riesgo de megaincendios, con la acentuación del fenómeno del calentamiento global. Sobre todo porque la sequía ya era crítica en la región a principios de año, debido a la falta de precipitaciones.
Mientras que los departamentos y territorios franceses de ultramar, y la Polinesia Francesa en particular, podrían verse afectados por huracanes y ciclones más extremos, es probable que Europa Occidental experimente temperaturas más altas de lo normal. Según las previsiones de laOrganización Meteorológica Mundial, hay un 60% de probabilidades de que El Niño regrese entre mayo y julio, un 70% entre junio y agosto y un 80% entre julio y septiembre. Así que parece difícil escapar este año a una temporada 2023-2024 que promete ser calurosa, ya que el fenómeno suele durar entre 9 y 12 meses.