¿Quién dijo que los pins habían pasado de moda? Desde el comienzo de los Juegos Olímpicos de París 2024, los pins han resurgido y pueden verse en las chaquetas de muchos coleccionistas. De hecho, para algunos de ellos, intercambiar pins olímpicos se ha convertido en un auténtico deporte no oficial. Sí, el intercambio de pins en los Juegos Olímpicos es una tradición debidamente respetada por muchos, y que viene de lejos.
Para que conste, esta tradición de intercambiar insignias en los Juegos Olímpicos se remonta a los primeros Juegos Olímpicos, celebrados en Atenas en 1896. En aquella época, adoptaban la forma de pequeños símbolos de madera coloreados y se utilizaban como insignias para identificar a atletas, jueces y oficiales. No fue hasta 1906 cuando aparecieron los primeros pins personalizados por naciones. Las décadas de 1980 y 1990 vieron el auge del pin olímpico. A finales del siglo XX, cada delegación ponía sus propios colores en las insignias, que luego se distribuían a sus atletas.
Desde entonces, atletas, árbitros, periodistas, voluntarios y patrocinadores han adquirido la costumbre de intercambiar pins entre pruebas o incluso dentro de la Villa Olímpica.
¿Cuántos pins olímpicos hay en el mundo? Es imposible saberlo. Pero el número sería muy elevado. Hay pins del Comité Olímpico Nacional, de los medios de comunicación, de la ciudad anfitriona, de la mascota y del patrocinador. Todo el mundo tiene algo que añadir a su colección. Una colección que crece mediante el intercambio. Y algunas personas son buenas en esto, consiguiendo cambiar un pin por dos o incluso tres insignias. En realidad, todo depende de la rareza del pin que se intercambia.
Si le interesa este tema, debe saber que el Parque de las Naciones, situado en el Club France de La Villette de París, alberga la Casa de los Coleccionistas Olímpicos. Esta es su oportunidad de descubrir algunos de los muchos pins que se ofrecen y de conocer a coleccionistas de pins de todo el mundo.