Las rebajas tienen una rica historia que se remonta a los albores del comercio moderno. Todo empezó en 1830, cuando un cierto normando llamado Simon Mannoury llegó a París y fundó Petit Saint Thomas, una tienda de telas y ropa que fue la cuna de todos los grandes almacenes parisinos.
Introduciendo conceptos innovadores como las etiquetas de precio, la libre circulación por los pasillos (sin obligación de comprar) e incluso la venta por correspondencia, Mannoury dejó una huella indeleble en la historia del comercio. Pero mientras su tienda de novedades prosperaba, la mercancía sin vender se acumulaba... Fue entonces cuando se le ocurrió la ingeniosa idea de liquidar las existencias de la temporada anterior bajando los precios. Así nacieron las rebajas.
En esta época, Mannoury contrató a Aristide Boucicaut como jefe del departamento de chales del Petit Saint Thomas, hasta el cierre definitivo de la tienda en 1848. Boucicaut no se rindió, y unos años más tarde, en 1852, fundó con su esposa Marguerite Au Bon Marché. La visionaria pareja fue pionera en una serie de métodos comerciales vanguardistas, como el"Mes del Blanco", y popularizó el concepto de rebajas, elevando las ventas a la categoría de culto.
No fue hasta 1906 cuando se reguló la llamada venta "au déballage", y en 1962 cuando se adoptó definitivamente el término "rebaja" tal y como lo conocemos hoy, es decir, una reducción ocasional del precio acompañada de una breve publicidad. Otras leyes fijaron entonces las fechas de las promociones, como el segundo miércoles de enero, que sigue marcando el inicio de las rebajas de invierno.
Hoy en día, las rebajas siguen siendo una tradición cultural que puntúa nuestro año. Un ballet frenético de promociones, ventas privadas y búsqueda de gangas, que despierta el entusiasmo de los cazadores de gangas con cada nueva estación (invierno y verano).
