A lo largo de su historia, el Sena ha sufrido numerosas crecidas, algunas de ellas relacionadas con una helada especialmente severa, que hizo que el río parisino se cubriera de hielo. En 1868, el nivel del agua subió sólo 50 cm, mientras que en 1880 subió 1,50 m, un acontecimiento único que incluso provocó el derrumbe del segundo arco del Puente de los Inválidos. Hoy en día, algo así es mucho más raro, pero existe un episodio contemporáneo que data de 1956.
Para ver el Sena congelado, había que alcanzar una temperatura de -10 grados durante al menos 3 días. Pero también dependía del nivel del río, porque tarda mucho en congelarse, incluso más si el río está crecido. También es raro que se congele todo el río; por lo general, sólo se congelaban algunos tramos. Los archivos de París registran una helada muy larga en 1783, que duró casi dos meses enteros, y cuatro en 1655. Cuando el Sena estaba así cubierto de hielo, era posible pasear por él, aunque seguía siendo peligroso, ya que el hielo rara vez era lo bastante grueso como para soportar a los peatones. En cambio, el río ha arrastrado más a menudo bloques de hielo y ha transportado en su interior el hielo de la capital.
A día de hoy,1956 fue el último gran congelamiento del Sena, durante un invierno especialmente crudo. Aunque el río no se ha helado en París desde entonces, sí lo hizo en 2006 en Seine-et-Marne, a la altura de Ponthierry. Con elcambio climático, este tipo de sucesos son cada vez menos frecuentes, mientras que en el siglo XIX se producían cada 15 años aproximadamente. Y aunque el frío de principios de diciembre de 2022 hizo bajar los ánimos, no fue suficiente para que el Sena se congelara. Afortunadamente, los archivos del INA están ahí para ponerle en la piel de los parisinos que lo vivieron.
