Casetta, el restaurante mediterráneo y su encantador jardín en Neuilly-sur-Seine (92)

Casetta, el restaurante y coctelería del Hôtel le 5 Particulier de Neuilly-sur-Seine, se impone como el nuevo punto gastronómico de la región. Al borde del Bois de Boulogne, este frondoso refugio invita a degustar la cocina mediterránea en un marco idílico, desde el desayuno hasta la cena. Tanto en el exterior -flores, entramado de madera y hierro forjado- como en el interior -terciopelo, mármol y parqué versallesco-, Casetta trae a la ciudad el encanto de las casas de campo.

Oyez, oyez, ¡queridos amantes de la cocina! Casetta, el restaurante y bar de cócteles delhotel Le 5 Particulier de Neuilly-sur-Seine, se convertirá en su nuevo cuartel general.

A pocos minutos a pie de la Fondation Louis Vuitton, el Jardin d'Acclimatation y el Palais des Congrès, este verde remanso de paz, diseñado por el artista y paisajista Christophe Gautrand, le invita a empezar el día con un bucólico desayuno. Durante toda la semana, disfrute de un bufé de productos de temporada y preparaciones caseras en un exuberante jardín de 100 m2. Con su fachada de entramado de madera, sus mesas entre las flores, su exuberante vegetación y el canto de los pájaros, es una casa de campo en la ciudad, ¡lejos del bullicio de París!

Al mediodía, ¡a Italia! De 12.00 a 14.30 h, la Casetta sirve un menú mediterráneo que cambia con las estaciones. Platos refinados elaborados con productos frescos, con los sabores de la bota, con un toque francés y siempre una opción vegetariana. Cada plato, colorido, gourmet y elegantemente preparado, se sirve en una decoración floral donde las banquetas amarillo pastel y las sillas de hierro forjado crean un ambiente cálido y auténtico. La Dolce Vita en el corazón de Neuilly.

Durante nuestra escala en este paraíso verde, optamos por la declinación de tomates, un sorprendente entrante que presenta tomates en todas sus formas -cereza, confitados, en salsa- espolvoreados con picatostes dorados para añadir textura. La infaltable burratina de Puglia también aportó sus vibrantes colores a nuestra mesa.

Tras unos sorbos de nuestros zumos de fruta fresca, llega el momento del besugo sobre un lecho de pasta baby sarda y guisantes, salseado con agua de tomate. Un plato que mezcla con elegancia el espíritu y los matices de la huerta de Neuilly con los sabores yodados de la isla italiana. Tampoco puede faltar el linguini con tomates, albahaca y parmesano, un gran clásico de la cocina italiana. Con una salsa de tomate extremadamente suave, ligera y deliciosa, esta receta, que a primera vista parece bastante sencilla, ¡resultó ser una auténtica favorita!

Con las papilas gustativas en ebullición, por fin ha llegado la hora del postre. Para nosotros, el tiramisú, por supuesto, y las intrigantes texturas de limón. El tiramisú, tan cremoso como se pueda desear, se sirve en generosas porciones para los aficionados al café (¡pero sobre todo al mascarpone!). Pero nuestra preferencia se inclina por el de limón, una combinación divinamente buena de texturas -mousse y nata- adornada con crujientes mini merengues, presentada en una bonita copa. Un postre fresco y acidulado que merece la pena.

Hacia las 15.30 h, el bar de cócteles toma el relevo. Con terciopelo de terracota, una barra de mármol, parqué de Versalles y un ambiente acogedor y silencioso, el bar invita a saborear creaciones únicas en un marco sofisticado con vistas al encantador jardín. Aquí, el jefe de coctelería propone elegantes cócteles de autor, como el cítrico Fime D'Oro o el Rabarbara de ruibarbo. Para tomar un café, un té o después del trabajo, siéntese en la soleada terraza o sumérjase en la intimidad de los sofás interiores.

Por último, a la hora de la cena, Casetta se impone como una dirección de elección para veladas íntimas llenas de encanto.