A lo largo de los años, algunas fiestas se han convertido en citas ineludibles del calendario francés. Es el caso del Día de los Inocentes, que se celebra cada 1 de abril. En este día, los mayores vuelven a la infancia y los más pequeños se lo pasan en grande: colgando peces a la espalda de otros o dejándose tentar por una o varias bromas. El día de la broma, el 1 de abril, es ya una auténtica costumbre en Francia, e incluso en otros lugares. Pero, ¿de dónde viene esta tradición? ¿Por qué gastar b romas el 1 de abril y por qué se asocia el pescado a esta festividad? Le desvelamos la historia y los orígenes del Día de los Inocentes.
Como ocurre con muchas otras fiestas, el 1 de abril tiene muchos orígenes. El más frecuente se remonta a 1564, cuando el rey Carlos IX decidió trasladar el Año Nuevo al 1 de enero, cuando hasta entonces se celebraba el 1 de abril. ¿Cuál era el objetivo de este cambio de fecha? Basarse en el calendario gregoriano. Un cambio que algunos franceses han ignorado y a otros les ha costado recordar. Al seguir haciendo regalos a sus seres queridos en la fecha equivocada, algunos se habrían burlado de ellos enviándoles regalos falsos o gastándoles bromas ese día.
Pero, ¿por qué se asocia el pez a esta festividad del 1 de abril? También en este caso las respuestas difieren, como explica el gramático Pierre-Marie Quitard en su Diccionario de proverbios y refranes en lengua francesa. En primer lugar, existe la historia de que el Príncipe de Lorena, prisionero entonces en el castillo de Nancy, se salvó cruzando a nado el río Meurthe un famoso 1 de abril. Otra explicación, más religiosa, se refiere al final de la Cuaresma, el mes de abril. Durante este periodo de ayuno, los cristianos no podían comer carne. A partir de entonces, el pescado fue el alimento principal más popular en la mesa. Por último, también está la referencia al calendario zodiacal; el mes de abril corresponde al signo de Piscis.
Cada año, en todo el mundo, pequeños y grandes se entregan a la pasión del día: hacer bromas, que a veces quedan para los anales. Algunos recordarán el reportaje de la BBC de 1957 sobre el cultivo del árbol de los espaguetis.
Y luego están esos anuncios memorables, como en 1986, cuando el telediario anunció que la Torre Eiffel se trasladaba a Marne-la-Vallée, en 2009, cuando la SNCF utilizó la voz de Homer Simpson en las estaciones, o en 2016, cuando la RATP cambió el nombre de trece estaciones del metro de París.