Efemérides del 2 de septiembre en París: las masacres de septiembre

El 2 de septiembre de 1792, los Sans-Culottes entran en las cárceles parisinas y masacran a un millar de presos sospechosos de ser contrarrevolucionarios y partidarios del regreso del Rey.

El domingo 2 de septiembre de 1792, temiendo un"complot carcelario" y una invasión prusiana, los sans-culottes asaltaron las cárceles parisinas y masacraron sumariamente a cientos de presos supuestamente contrarrevolucionarios. Este fue el comienzo de las Masacres de Septiembre, que tuvieron lugar del 2 al 6 de septiembre de 1792 en París y provincias.

Había pasado casi un mes desde que los Sans-Culottes invadieron el Palacio de las Tullerías, haciendo sonar laabolición de la realeza y la caída de la monarquía, que había existido en Francia durante mil años. Este 10 de agosto de 1792 marcó el inicio de la segunda Revolución Francesa, en respuesta a la coalición de monarquías europeas que mostraban un apoyo inquebrantable a la monarquía francesa y a la invasión de Francia por prusianos y austriacos.

Desde el 20 de abril de 1792, Francia había declarado la guerra a dos de las monarquías europeas que apoyaban a la familia real francesa, Austria y Prusia. En julio de 1792, los ejércitos prusiano y austriaco penetraron finalmente en Francia, y el 25 de julio de 1792 se dirigió al pueblo de París el Manifiesto de Brunswick, atribuido al jefe del ejército prusiano, Charles-Guillaume-Ferdinand, duque de Brunswick.

Escrito en realidad por un noble francés que había emigrado en la época de la Revolución, el Chevalier Geoffroy de Limon, este manifiesto, destinado a intimidar a París, anunciaba la voluntad de los Aliados de restaurar al Rey en su puesto, de devolverle plenos poderes, y amenazaba a los opositores del monarca con las peores represalias, argumentando que cualquiera que se opusiera sería considerado un rebelde y pasible de la pena de muerte en virtud de la ley marcial.

En París, los ánimos se caldean y se desata la inestabilidad. Desde la toma del palacio de las Tullerías, tres poderes se disputaban el control de la capital: la Comuna Insurreccional de París, que había instigado la insurrección de las Tullerías y ahora estaba dirigida por Robespierre; laAsamblea Legislativa, surgida de las elecciones de septiembre de 1791; y, por último, el Consejo Ejecutivo Provisional, encabezado por Danton, ministro de Justicia y primer ministro.

Sin embargo, mientras se esperaba laelección de una Convención Nacional, la Comuna de París tomó el poder. En un intento de frenar el poder de la Comuna, la Asamblea radicaliza sus posiciones políticas y, el 17 de agosto de 1792, crea un tribunal penal extraordinario para juzgar a los defensores del Rey. A su vez, los nobles y guardias suizos que habían defendido a la familia real y disparado contra el pueblo durante la toma de las Tullerías fueron condenados y encerrados en las cárceles parisinas.

Pero este nuevo tribunal fue considerado demasiado indulgente por la Comuna insurrecta. El 1 de septiembre de 1792, el periodista Jean-Paul Marat, miembro del comité de vigilancia de la Comuna, hizo colocar pancartas en las que pedía justicia al pueblo y le instaba a "purgar la Nación antes de correr a las fronteras". Temiendo una rebelión de los presos de las cárceles, y en un momento en que la capital había sido abandonada por muchos hombres voluntarios que habían partido para unirse al frente en la frontera, dejando tras de sí a mujeres y niños indefensos, se infundió el miedo.

La noticia de la rendición de la gran fortaleza del noreste, Verdún, el 29 de agosto, pocos días después de la rendición de Longwy, no hizo sino aumentar el clima de terror. El pueblo estaba seguro de que una invasión extranjera de la capital era inminente, mientras se preparaba en secreto un"complot carcelario": en una capital desierta por 30.000 voluntarios, los prisioneros contrarrevolucionarios iban a conseguir escapar de las cárceles, degollar a los patriotas, liberar a Luis XVI de la prisión del Temple y entregar la capital a los prusianos .

Esto fue demasiado para los Sans-Culottes, que decidieron tomar la iniciativa. El 2 de septiembre de 1792, varias secciones, encabezadas por la del Faubourg Poissonnière, invaden las cárceles de París, armadas con garrotes, hachas, mazas, sables y picas. Durante cinco días, los septembriseurs simulan ju icios populares en la prisión de la Abbaye y masacran sin piedad a los presos supuestamente favorables al regreso del rey, en la prisión de la Abbaye, el convento de Carmes, Saint-Firmin, la Conciergerie, La Force, la Tour-Saint-Bernard, el Châtelet, el hospital-prisión de la Salpêtrière y el hospital de la Bicêtre.

En total, más de 1.300 víctimas fueron asesinadas por los septembriseurs, entre ellas numerosos aristócratas, guardias suizos y sacerdotes refractarios, así como presos comunes y ciudadanos de a pie. Por otra parte, los prisioneros encarcelados por deudas, rencillas familiares o delitos menores fueron generalmente liberados, al igual que la mayoría de las mujeres. Ni las autoridades, ni la Guardia Nacional, ni el gobierno, ni la Asamblea, ni la Comuna, se opusieron a las matanzas ni intervinieron ante uno de los momentos álgidos de la violencia revolucionaria.

Una de las víctimas más famosas fue la princesa Marie-Thérèse de Lamballe, antigua confidente de la reina e institutriz de sus hijos, que había sido encarcelada en La Force por acompañar a la familia real a la prisión del Temple. Masacrada por los sans-culottes, fue despedazada y su cabeza fue clavada en el extremo de una pica y llevada bajo la ventana de la celda de la Reina. Los disturbios se extienden rápidamente a las provincias, a Meaux, Lyon, Caen, Gisors y Reims, matando a otras 150 personas.

Preludio del Primer Terror, las masacres de septiembre supusieron el inicio de la fase más violenta de la Revolución Francesa.

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