El 17 de septiembre de 1986, París vuelve a ser objeto de un atentado terrorista en la calle Rennes. Desde hacía quince días se multiplicaban los atentados en la capital, reivindicados por una red terrorista proiraní que trabajaba por cuenta del Hezbollah libanés. La bomba, colocada frente a la tienda Tati, mató a 7 personas e hirió a 55, poniendo fin a este "septiembre negro".