Muy raras hace unos años, las flores artificiales en las fachadas de loscafés parisinos son ahora legión. Siempre nos las encontramos en nuestros paseos por la capital, y se ha convertido en un verdadero argumento de marketing. Estos bonitos colores facilitan la atracción de turistas o transeúntes en busca de un cafecito, que tienen que elegir entre dos locales antes de instalarse. Pero, ¿no hay demasiados cafés floridos, rozando la sobredosis? El Ayuntamiento de París parece estar de acuerdo y quiere introducir normas para regular su uso.
Las hay de todos los colores, llamativas, ¡y hasta hay quien se para a hacer fotos! A menudo de tela, estas flores se montan a veces sobre ramas reales, y son más fáciles de mantener para los restauradores que los pétalos de verdad. Hay que refrescarlas de vez en cuando para evitar que se estropeen por la contaminación y el mal tiempo . Un cierto coste, pero que merece la pena para la mayoría de los minoristas.
Pero puede que no se mantengan para siempre, ¡según una decisión del Ayuntamiento de París! El año pasado, la ciudad ya quiso regular estos coloridos adornos en las zonas turísticas, de acuerdo con el código de urbanismo. A veces demasiado exuberantes, estas flores artificiales no respetan necesariamente la normativa y pueden chocar con la arquitectura de un edificio o su colorido.
Estas decoraciones no están autorizadas sin el acuerdo previo del departamento de urbanismo, y deben presentarse con una solicitud. Las modificaciones del aspecto exterior del edificio también deben ser autorizadas por la copropiedad, de conformidad con el Código de la construcción y de la habitación. Por el momento no hay nada decidido, pero es probable que el tema salga a la palestra en otoño.
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