No hace falta viajar al otro lado del mundo cuando se vive en París. Las cocinas del mundo se dan cita en la capital para ofrecerle sus especialidades, y esta vez nos vamos a Cuba, en el distrito 11, cerca de la plaza de la Bastilla. Mientras que el exterior del restaurante es muy colorido, el interior de este lugar histórico de 1999 tiene ese encanto habanero un poco vintage, atrapado en otra época.
Se llega a una sala mediana donde se encuentra el bar, pero arriba se esconde un verdadero laberinto de habitaciones, para un poco más de intimidad, con una sala de fumadores de puros apartada para no molestar a los demás clientes. Es suficiente para hacerte creer que estás en una película de los años 50, en el corazón de un restaurante animado, pero con una iluminación tenue. En el momento de nuestra visita, el local estaba especialmente lleno, con un evento que se celebraba en las afueras, como es obligado en Bastille, desde la terraza exterior hasta la sala principal, con un bar muy concurrido.
Pero eso no nos impidió descubrir las especialidades cubanas que se ofrecen. Aunque se pueden degustar muchos rones más o menos típicos de la isla y cócteles típicos, incluido el Cuba Libre, por supuesto, optamos por los mocktails, el CCC de la casa, con naranja y sirope de azúcar de caña, así como el Manolito, a base de lima y fruta de la pasión, servidos por supuesto en vasos de ron de la marca Havana Club. Excelentes opciones para acompañar la festiva lista de reproducción puramente latina del restaurante.
Inspirados por la auténtica decoración del local, nos fijamos en unas tapas para empezar conalitas de pollo, alitas de pollo adobadas, crujientes y bien saladas, de las que sólo quedaban los huesos, así como quesadillas rellenas de pollo y queso fundido, una delicia perfectamente fundente, acompañadas de los tradicionales nachos y su ineludible guacamole.
Los aficionados a esta cocina sudamericana quedarán encantados con la amplia carta, ya sean amantes del pescado o de la carne, de los entrantes o de los platos principales, con yuca con chicharrones, pancetade cerdo y mandioca, ceviche de pescado, fajitas, ropa vieja, carne mechada en salsa cubana con arroz congris, o filete de pez espada en salsa de leche de coco y piña. Se trata de platos y guarniciones poco vistos en la capital, ¡y parece que merece la pena divertirse!
Sin embargo, entre tanta elección, optamos por una ensalada, el Tazón, ¡que nos cogió por sorpresa cuando llegó! Servido en una enorme masa hojaldrada, este plato vegano contiene arroz, plátanos, batatas, aguacate y frijoles rojos, lo que lo convierte en una mezcla abundante y sabrosa, representativa de la generosa cocina cubana, con sus mil y un sabores.
A falta de un plátano flambeado en ron esa noche, nos decidimos por una apetitosa capirotada, una pequeña tarta cuadrada típica de manzana y pasas sultanas, muy dulce y de textura ligeramente esponjosa, como una nubecilla de dulzor gourmet.
Es el final perfecto para nuestra excursión cubana, ¡y un verdadero cambio de aires para los que no estén acostumbrados a este tipo de cocina! Toda una experiencia que hay que probar, tanto si quiere hacer viajar a sus papilas gustativas por un momento como si quiere fumarse un puro de otro sitio al final de la velada. Abierto todos los días hasta las 2 de la madrugada, ¡el restaurante ofrece incluso brunch los domingos!
Ubicación
Cuba Compagnie Café
48, Boulevard Beaumarchais
75011 Paris 11
Información sobre accesibilidad
Sitio web oficial
www.cubacompagnie.com