Unlaboratorio de experimentación, una residencia para jóvenes chefs... El restaurante Rhézome, que se prepara para abrir sus puertas a mediados de septiembre, es un poco de todas estas cosas. La idea surgió en la mente del profesor de filosofía, galerista, comunicador y empresario Jean-François Pascal durante la crisis sanitaria: que los restaurantes ya no sean sólo lugares para comer, sino lugares para mostrar todo un ecosistema virtuoso, que reúna a productores, chefs y consumidores a través de un intercambio positivo enraizado en el terruño local.
Con Rhézome, el empresario ha imaginado un espacio de vida acorde con sus compromisos, apoyado por Carole Léger, jefa de sala que ha trabajado para Christian Constant, Hélène Darroze y Michel Rostang, y Franck Fontaine, jefe de sala que ha trabajado en la Tour d'Argent y en la galaxia Ducasse.
En un espacio diseñado por los arquitectos Mur.Mur, los chefs se instalarán para mostrar una cocina participativa, responsable y sostenible, en colaboración con las asociaciones y los vecinos de la zona. La primera en embarcarse en esta aventura no es otra queAlice Arnoux, una joven chef de Arcachon.
Diplomada por el Instituto Paul Bocuse, Alice Arnoux se formó con Alexandre Couillon en Noma, así como en Fulgurances L'Adresse y Dame Jane en París. Para Rhézome, la chef ha creado su propia cocina bistronómica, con productos de temporada procedentes de una agricultura responsable.
El lugar para descubrir a los chefs del mañana.
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