Especialista en marisco desde hace casi 40 años, Astara ha abierto en 2019 su Table de la mer en el distrito 1 de París para deleitar al mayor número de personas posible. Diríjase a la rue des Petits Champs, entrela Ópera y el Palais-Royal , para descubrir la carta yodada con clásicos del mar revisitados y platos con sabores de otros lugares.
En un marco cuidado y elegante, Astara nos mima desde el aperitivo, ofreciéndonos por supuesto cócteles a base de vodka, ¡otra de las especialidades de la casa! Así que nos tomamos un moscow mule (11 €) perfectamente equilibrado para comer, y echamos un vistazo a la carta.
Entre semana, Astara ofrece a los trabajadores locales y a los turistas un menú de 19 euros con un plato del día y café o té, así como un menú de 24 euros a elegir entre croque-caviar, tallarines con salmón ahumado o un plato del día, además de café o té gourmet.
También hay generosas tablas para compartir, un trío de taramas y un blini al estilo Astara (21 €), una tarta cubierta con crema de Isigny DOP, salmón escocés ahumado, pepinillos de cebolla roja y huevas de trucha, que nos conquistó en nuestra primera visita a Astara.
Como estamos aquí para probar las novedades de la carta de invierno 2021, optamos por dos entrantes calientes: los cromesquis de pescado y cangrejo (9 €) para mojar generosamente en una mayonesa de wakame, y las reconfortantes quenelles (9 €) con bisque de bogavante, una pequeña maravilla de dulzura.
Para el resto de nuestro crucero, optamos por el imperdible croque-caviar de la casa (19 €), elaborado con pan Carré Pain de Mie, filetes de esturión confitados, crema de queso y una cucharada de caviar Titane. Un clásico de Astara que nos pareció algo más seco de lo habitual... ¡sí, es un plato que conocemos bien!
Por otro lado, no se pierda la tempura de lubina crujiente (20 €), que está realmente muy buena, acompañada de una juliana de verduras de invierno. Una novedad encantadora. Cabe destacar que el abastecimiento de Astara es muy especializado: los caviares Astara proceden principalmente de la granja Giaveri, en Italia, donde los esturiones se alimentan con una dieta ecológica. Y la misma atención se presta a los vinos, que son ecológicos y biodinámicos.
En el lado dulce, el chef transforma brillantemente el clásico baba de ron en una versión al vodka (9 €). Pero el toque dulce que recomendamos para este invierno es la tarta de sémola (10 €) con ciruelas asadas y crema montée de azahar. Otra opción es la crème brulée de pistacho (8 €) con muchas pepitas caramelizadas, aunque a nosotros nos pareció demasiado dulce.
Por último, para los que quieran llevarse algo a casa, el restaurante Astara cuenta con una preciosa tienda de comestibles que ofrece una selección de salmón ahumado y caviar, así como coral de erizo de mar, taramas, huevas de salmón y trucha, ¡y blinis!
En resumen, Astara es el lugar al que debe acudir si desea saborear los productos que le ofrece el mar.
Sitio web oficial
www.astara1981.com