Marcello: el restaurante de cocina italiana se renueva en Saint-Germain-des-Prés

Situado frente al mercado de Saint-Germain, Marcello es EL restaurante del barrio de Saint-Germain-de-Prés que combina la dulzura de Italia con el refinamiento de la cocina en un marco decididamente moderno, con una amplia terraza al abrigo del bullicio de la ciudad. Un lugar precioso que los redactores tenían que probar... ¡Se lo contamos todo!

Cocina italiana mezclada con refinamiento francés... Los amantes de la buena cocina natural deben dirigirse a Marcello, un restaurante italiano de Saint-Germain-des-Prés que nos aleja del asfalto parisino, con su bonita terraza en su patio empedrado bajo la rue Mabillon y su gran sala de diseño refinado, ¡pero también con su carta de temporada con bellos sabores que huelen a sol!

Un verdadero remanso de paz donde los gourmets y sibaritas se dejan seducir por una decoración moderna y urbana, así como por una carta tentadora donde cada plato destaca por su composición y su finura. Las propietarias del local, las hermanas Vaconsin, no son nuevas en la capital, pues ya poseen el Steam Bar y el Blueberry, dos restaurantes de la rue du Sabot, también en el 6º arrondissement.

Aquí, han imaginado un lugar caliente, que sirve bonitos cócteles, bebidas calientes y un montón de platos con el buen gusto de Italia. En cuanto a la decoración, la zona lounge ha sido revisada por el diseñador Gabriel Pistre, ofreciendo a gourmets y sibaritas un entorno arbolado, chic y despejado, para una sensación de confort e intimidad inigualables.

Una cocina que los redactores pudieron probar... ¡Y fue una agradable sorpresa! Para el aperitivo, un cóctel, el Milano Sling, una bebida a base de Maraschino, crema de piedra, licor de cereza, lima y frizzante. Un cóctel de sabores dulces, que nos recuerda un poco (pero realmente un poco...) al famoso Shirley Temple, pero con más alcohol.

En el menú, un entrante para compartir, con mozzarella di buffala y caviar de berenjena que se deshace en la boca. Una auténtica delicia. Para los platos principales, nos tentaron la polpette y sus ñoquis revisitados, así como la lasaña vegetariana. Apreciamos especialmente la polpette, extremadamente sabrosa con su salsa de tomate ligeramente ácida, ¡para despertar las papilas gustativas de la mejor manera!

Y de postre, tres bolas de helado (yogur, avellanas y almendras), así como un Paris-Palerme, una especie de Paris-Brest revisitado con sabores sicilianos, con un praliné de pistacho en lugar del praliné de avellanas. Imprescindible para todos los amantes de los pistachos, trabajados aquí en varias texturas. Una muy buena comida, sin duda, para los amantes de la buena cocina. Atención, sin embargo: un menú para gourmets exigentes, ya que los precios son un poco elevados.