¿Hay restaurantes más reconfortantes y acogedores que los de Picardía? En el Norte de Francia, los estaminets son auténticas instituciones donde familias y amigos se reúnen en un ambiente bullicioso y una decoración rústica, para degustar platos contundentes que calientan el corazón, el cuerpo y las papilas gustativas.
La cocina tradicional del Norte de Francia es rica en sabores. Entre las especialidades y platos más famosos figuran las moules-frites; la carbonade flamande, un delicioso estofado de ternera con cerveza; el welsh, una rebanada de pan tostado cubierta de jamón y queso fundido; el potjevleesch, un pastel de carne en gelatina; tripe à la mode de Caen; ficelle picarde, una tortita rellena de jamón, champiñones y cebolla; hochepot, un guiso a base de rabo de toro, paletilla de cordero, tocino salado y verduras; clafouti aux maroilles y, por supuesto, patatas fritas belgas.
Y en cuanto a los postres, no faltan en los estaminets, con la inevitable tarta de azúcar y el pastel batido. No cabe duda, la cocina del Norte es la comida reconfortante por excelencia. En París, estas especialidades ch'ti se pueden degustar en unos pocos restaurantes, entre ellos Le Galibot, a dos pasos de la Bolsa, y Bouillon Belge, una cervecería que sirve algunos de estos platos típicos del Norte.
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Imagen del encabezado: ©Jiel Beaumadier
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