La plaza de Clichy, muy olvidada en la campaña de mejora de las plazas históricas de París lanzada por el Ayuntamiento de París hace más de diez años, palidece en comparación con sus hermanas adoquinadas. Poco verde, constantemente atascada por el claxon de los vehículos y los gases de escape estancados en el aire, esta plaza situada en el límite de los distritos 8, 9, 17 y 18 de la capital carece realmente de terrazas donde relajarse lejos del bullicio.
En cuanto a los restaurantes de la periferia, son grandes nombres o brasseries sin cuerpo donde degustar platos arrojados sobre las mesas por camareros bocazas, más que pequeñas pepitas de barrio. Pero estas afirmaciones, por tópicas que sean, han pasado a la historia gracias a Cyrano.
Escapado de la novela de Rostand, nuestro héroe narigudo se esconde ahora en la calle Biot, en un restaurante-bar bistronómico retomado el pasado mes de agosto por un joven equipo, cuya decoración nos transporta al siglo pasado, al París de antaño. Maravillosos mosaicos dorados de estilo Art Nouveau, grandes espejos con deliciosos tonos picados y moteados, imponentes mostradores de madera y mármol... la dirección ha tenido mil y una vidas, a su vez morada de los surrealistas y antiguo burdel.
Ahora, las jóvenes han guardado sus encajes y los jóvenes han aprendido a comportarse, y sólo en los platos tiene lugar la picardía. Al timón, la joven chef autodidacta Charleyne Valet, toda bondad y buenas ideas, retoma la cocina de bistró, modernizándola pero no demasiado, con recetas endiabladamente generosas y sangrientamente reconfortantes.
Huevo perfecto, mousse de patata ahumada y patatas fritas de alcachofa de Jerusalén por un lado, velouté de lentejas por otro (intentamos sobornar al chef para que nos diera la receta de esta última), sólo para empezar bien; blanqueta de ternera retorcida con hierba limón, eglefino con pasas y almendras, polenta crujiente casada con una crema de parmesano y aceitunas taggiasche; antes de terminar con una porción de flan de sésamo negro...
Todo a un precio muy, muy asequible. Puede pagar 18 euros por un entrante/principio o plato/postre y 22 euros por un entrante/principio/postre. Y el Cyrano ofrece precios aún más bajos en el mostrador: 16,50 € entrante/plato principal o plato principal/postre, y 20 € entrante/plato principal/postre. ¡Difícil de superar!
Por la noche, sin embargo, el menú es completamente diferente, con multitud de pequeños platos para compartir entre los comensales, como ya es costumbre en París. Una pequeña dirección encantadora que hay que descubrir sin demora.
Ubicación
Le Cyrano
3, Rue Biot
75017 Paris 17
Sitio web oficial
www.lecyranoparis.com
Página Instagram
@lecyranoparis