Red Katz, un restaurante chino tradicional en un fabuloso ambiente retro

Mezcla de tradición y modernidad, el restaurante Red Katz presenta un menú que rinde homenaje a los grandes clásicos de la cocina china, perfectamente ejecutados en un marco realmente fabuloso.

En pleno corazón del Sentier, un nuevo restaurantechino con una decoración sacada directamente de una película de Wong Kar-wai. Red Katz, como se le conoce -una referencia al manga Cat's Eyes, para los entendidos-, está demostrando ser una de las direcciones más vibrantes de la nueva temporada culinaria.

Detrás de esta mesa china de notable fachada bermellón hay tres amigas franco-chinas alimentadas con cocina china desde la infancia: todos sus padres eran restauradores. Claire Huang, Hélène Ding y Hélène Huang querían crear su propio lugar donde rendir homenaje a la cocina tradicional de su infancia... sin hacer ascos a cierta modernidad occidental.

Con su decoración retro repartida en tres plantas, Red Katz tiene todas las papeletas para convertirse en unadirección glamurosa. Diseñada por el estudio Louis Morgan, la decoración mezcla telas, tapices, maderas nobles, mármol y espejos en un desbordamiento de lujo y elegancia de los años treinta. Una barra central de madera maciza diseñada por la pintora Solange, banquetas florales, mesas verde agua de mármol ónice, sin olvidar el maravilloso mosaico que cubre la planta baja y este conjunto de pantallas de lámparas hechas a mano que parecen volar bajo el alto techo de cristal, eco de las antiguas casas chinas... El conjunto destila buen gusto.

Lo mismo ocurre con el sótano, lleno de sorpresas: tres salas discretamente encantadoras que pueden convertirse en privadas. Una table d'hôtes escondida tras una pesada cortina, una segunda sala revestida totalmente de espejos y una tercera, aún más escondida, que puede descubrirse apartando los espejos y en la que caben no menos de 14 comensales en torno a su pesada mesa central de mármol rojo.

Una vez maravillado por el entorno, puede adentrarse en el menú. Incluye una mezcla de platos tradicionales de distintas regiones de China y platos modernizados adaptados a los paladares occidentales. Todos son obra de tres chefs en la cocina: uno para los dim sum, otro para el wok y otro para el asador.

Todos sobresalen en su misión. Los dim sum son especialmente sabrosos, y la caja dúo (38 € por 12 piezas) o la caja del tesoro (68 € por 24 piezas) son opciones ideales para degustar todas estas maravillas artesanales: Hakao de gambas (14 € 4 piezas) o vegetariano (12 € 4 piezas) y Siu Mai (14 € 4 piezas) relleno de cerdo y gambas, grandes clásicos de la cocina cantonesa, así como Xiaolongbao de cerdo (18 € 6 piezas) o pollo (18 € 6 piezas), relleno de un caldo sápido.

Otros platos tradicionales que deberían llamar su atención son el pollo Lazi (27 €), frito y luego salteado con especias y guindillas de Sichuan ; los langostinos Tigre Negro (28 €) servidos sobre un lecho de pan rallado con ajo; los fideos salteados Chao Mian (14 €), vegetarianos; y por último, pero no por ello menos importante: las berenjenas en salsa Yuxiang (22 €), absolutamente asombrosamente fundentes.

Lo único que lamentamos fue no poder probar el pato pekinés, disponible aquí en versión media (58 €) o entera (120 €), preparado y servido según las reglas del arte. Meticulosamente laqueado, bañado en un caldo de vinagre rojo, azúcar maltosa y una mezcla de especias, relleno de cebollas verdes, manzana, ajo, anís estrellado, canela Cassia y hojas de laurel, tarda no menos de dos días en prepararse antes de ser horneado para que la piel quede crujiente y la carne tierna.

Presentado en dos platos -el primero sólo con la piel crujiente envuelta en una empanada, el segundo con arroz salteado-, tendrá que reservar con antelación para asegurarse de conseguirlo. Este es uno de los platos imprescindibles de Red Katz que nos encantará volver a probar.

Para comer, el restaurante ofrece un asequible menú de 28 euros de entrante/principal o plato principal/postre. Por qué prescindir?