Mosugo, comida callejera africana y hamburguesas de pollo frito por Mory Sacko

Mory Sacko es un chef que elige no elegir. En primer lugar en su restaurante gastronómico, Mosuke, donde el chef combina recetas africanas heredadas de sus orígenes malienses con los sabores japoneses que tanto le fascinan. Después, el mismo tira y afloja a la hora de decidir entre gastronomía y street-food, y el mismo deseo de satisfacer todos los antojos.

Tras obtener su primera estrella Michelin poco después de abrir Mosuke, el chef abrió Mosugo, un restaurante de comida callejera a dos pasos de su primera dirección, en la misma calle del distrito XIV.

Fan incondicional del pollo frito, el chef le ha dedicado su carta. También hay una versión hamburguesa (13,50 euros), y ésta no se parece a ninguna otra. Aquí no hay pan de patata, sino un suave bollo de pretzel , creado especialmente para la Maison por la panadería La Petite Alsacienne, situada a pocos metros, una dirección ineludible en el barrio, a juzgar por la larga cola de gente hambrienta que espera fuera a la hora de comer.

Para aportar un toque deÁfrica Occidental a su receta de hamburguesa, el chef añade una salsa picante, mientras que el sabor japonés lo realzan los pepinillos en vinagre y la mayonesa de miso. La estrella de la hamburguesa, el pollo frito, está rebozado con especias para que se mantenga jugoso y se deshaga en la boca. En la versión vegetariana (13,50 €), una de las favoritas de los asiduos, Mory Sacko sustituye el pollo frito por una verdura de temporada: plátano en verano, calabaza en invierno.

Para los más estéticos, los filetes de pollo frito (10,50 €) se pueden saborear tal cual, bañados en salsa bulldog; y aquí tampoco se deja de lado a vegetarianos y curiosos, con buñuelos de plátano (10,50 €) trabajados como la carne y bañados en el mismo rebozado picante -¡pero nos habrían gustado aún más picantes y condimentados! Las patatas fritas de boniato (5 €), crujientes y servidas con una cremosa salsa cajún, están muy buenas.

Si le queda sitio en el estómago, Mosugo tiene un postre, el Mobroockie (4,50 €), un matrimonio poco convencional y decadente de galleta y brownie, cubierto con caramelo de miso; pero también el Miso Sunday, un helado de miso y caramelo.

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Y para los que no tengan ganas de ir hasta el distrito 14 para descubrirlo por sí mismos, también hay un rincón Mosugo en el corazón de las Galerías Lafayette Gourmet, en el bulevar Haussmann.